Evolución del volante en el legendario Ford Mustang

Entre 1964 y 2017 el volante pasó de ser solo un instrumento de control de la dirección a comandar toda la tecnología del vehículo.
En cinco décadas, más que una pieza fundamental de conducción y seguridad del auto, el volante se ha transformado en un elemento de conveniencia, belleza e interactividad.
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1964: la primera generación del Mustang introdujo el patrón clásico de capó largo y cabina angosta que se transformó en el estilo de la línea. El interior, de doble cabina, tenía un volante emblemático de tres rayos de aluminio con aro símil de madera y bocina en el centro. Su gran diámetro, de 16 pulgadas, facilitaba las maniobras, ya que la asistencia hidráulica era opcional en esta versión del Pony Car.
1974: la segunda generación del Mustang incorporó un volante de dos rayos revestido en cuero. La dirección asistida con piñón y cremallera, cambió el diámetro de esta pieza que pasó a ser de 15 pulgadas, en lugar del estándar de 16.
1979: el volante de dos rayos fue sustituido por uno de cuatro que más tarde hizo parte del diseño interior de otros vehículos de Ford. Los comandos de limpia parabrisas y luces se alojaron en la columna de la dirección y el control de velocidad crucero, podía ser controlado por botones ubicados en el volante.
1984: el Mustang SVO (Special Vehicle Operations), legendaria versión de alto performance con motor turbo de cuatro cilindros, trajo un volante de tres rayos con ajuste de altura y profundidad, era más grueso y de menor diámetro con una apariencia deportiva. Los logotipos de Ford y SVO estaban grabados en el centro del revestimiento de cuero.